Recostada en el quicio
de tus sombras,
observaba plácidamente
la oscuridad,
que diluída en el suelo
escapaba
de tu inmensa luz
celestial.
Negro río de llanto,
profunda tristeza
sin horizontes,
fugitiva eterna
de la felicidad,
cobarde mentirosa
sin norte.
Esa era tu aflicción;
perfume de tu esencia,
huella de tu piel,
fondo de tu superficie,
llama del fuego
que nunca ardió.
Disuelta en tu alma
lágrima sin salida,
lágrima perdida,
lágrima dormida.
Así era tu dolor;
inerme y sin sabor,
aguja y aguijón,
cruel y sin corazón.
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Autor:
Unsensitive-feelings (
Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2015 a las 11:49
- Categoría: Triste
- Lecturas: 44
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