No había decidido, cuando, ni como, ni porque dejaría de lado mi forma de ser, mi forma de creer.
Habían sido los días mas largos, los días de inmenso bullicio, los que me corrían, al punto de querer saltar por la borda.
Habían pasado entonces ya varios meses desde el momento que las letras ya no se reunían a tomar un café.
Y creer en la inocencia.
¿Será el tiempo y el momento?.
Es tanto el descenso que pronto los poros estallarían imprudentemente.
Ya no se habla del aire fresco o de la noche tibia.
Estamos o estoy a medio paso de caer.
Ojala pudiera divisar las ranuras y las grietas que mi alma y mente intentan someter.
Es increíble la falta de consideración que se jactan sobre mi cada vez que quiere lanzarse el grito dolido.
Hambre perturbante que empuja el descuido,
salpica de sangre el cruel, que golpea al ritmo de la aventura. Su mas fuerte encrucijada.
Ven niño perdido al museo del amor.
Rompe el silencio escondido. Toma los lugares menos recorridos,
para asegurar su camino, mira por izquierda y por derecha,
cual es el resultado de este nuevo partido.
Se convence de nuevo... justo luego de permanecer callados ante tanto.
No se miden las consecuencias de los impulsos. Se revive el misterio de haberte derrotado...
Incrédulo el corazón que no sabe de razón, es un sabor amplio y malicioso que llego de guerras de atardeceres.
Descansa patriarcal , Que pronto el viento asomara. La brisa es propicia al mundo lejano.
Cuenta vientos... sean uno o varios temores que llenan el filo de fuego. Es y será lo que será.
Casi todo tal vez dificulte, pero en vista de mil palabras la ausencia de verdad será dicha.
Hay tiempos limitados de los que nunca se avanza, esos tiempos son los cuales el dolor quema.
- Autor: Noelia-girasol ( Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2015 a las 19:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: Cristian Jovani
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