Fueron ojos los ojos que se entronaron
por el golpe de lo blanco de la espuma.
Y me amaste como agua mansa que convoca a las plegarias,
a la insondable busca del instinto.
Matinales
tus trajes rumorosos vuelven a las blancas casas de Santorini.
He oído tu voz,
y en ella están los mástiles desaparecidos,
las cuevas y los trazos de gracia del viejo griego;
fue una noche en que miré el mar como quien se olvida de sí para siempre.
G.C.
Direc. NAc. del Derecho de autor
- Autor: GuillermoO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de octubre de 2015 a las 17:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 599
- Usuarios favoritos de este poema: Donaciano Bueno, kavanarudén
Comentarios2
Hermoso tu verso.
También yo he vivido esa experiencia, no en esa isla, pero el amor en la playa, una noche a la luz de la luna mientras las olas se hacían sentir.....
Un gusto leerte amigo querido.
Kavi
Me encanta que hayas pasado por esa experiencia; yo no la pasé, pero la imagino gratamente en mi poema. Cuando escribo no siempre narro cosas que me han sucedido... sino que son sentimientos profundos de acontecimientos que a veces no me han ocurrido, como dije, pero que igualmente son mios porque yo los pienso, los siento, y esto es legítimo.
Abrazo, amigo
Guillermo
Donaciano Bueno:
gracias por haber llevado a "Isla de Santorini" como poema favorito.
Guillermo
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