ÉRAMOS ATOLONES
Busqué tu mirada
en puertos cercanos,
en muelles donde la vista se aglutina,
en desiertos de olvidados nombres,
en el espacio de la saeta enloquecida,
En aguas blancas de amantes auroras
en antípodas naciones
que no recuerdo ni su nombre,
en lejanos otoños de lluvias,
deambulando las gotas del cielo y
la voz del eco misterioso no retumbaba
en lejanía porque.
estábamos tan próximos de confines
que los rumores se eclipsaban/
Éramos dos atolones
unidos en un territorio de siembra,
cosechando el festejo de la vida
en las violetas planetarias
que abrían tus parpados de mundo/.
Fuimos agua de universo,
desnudos hasta el hueso de la piedra,
nos visitó una ensanchada claridad
de novas trashumantes y
luceros en domo doblaban
arcos cósmicos en tus cejas/
Estrellas de fuego en tu mirada
eran claridad del día
donde la soledad era sombra de hierro
y la amatista semilla
de esperanza se sembró
en las manos del aguamarina/
Tallaba en tu piel guirnaldas de fuego y
en el hueco de tus arterias giraba el cauce
de dos ríos paralelos.
Bebimos rocío de agua oscilante
y en la claridad de tu alma tierna
había un horizonte de enlaces/
Bajo tus pies de cosecha
el regazo de una rosa
en capullo de terciopelo /
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2-
RENACER DE TUS IRIS
Cierra tus párpados livianos,
que la oscuridad de tus pestañas
se haga ramillete de follaje denso,
dibujo de sombra en los azulejos.
Catarata lacia de gotas en filamento,
humedeces todas mis espiras
de pabellones
y anegas de savia mis tímpanos/.
Reconozco tu sonido ensordecido
cuando la piel desnuda emerge
con tus entrañas sin tiempo ni hora,
Te acoplas en mis huesos mullidos
como la vacía dársena
donde ribetean
tus orillas colosales
que sostienen al mundo.
Inunda estos campos de duro quebracho
hasta que la espuma ablande
sus rojizas crestas de penachos.
Sumérgete en el amor de mis brazos,
en la fragua de mi pecho
donde reposan tus sueños
que el infinito es este instante sin edades
ni profundos prejuicios
que encadenan la libido
en las sombras de siglos/
.
Brillo de centella,
cuerpo de hojas sedientas,
boca que se alimenta
con los frutos de cruzados belfos,
olvidemos ese vasto cielo
que mira renacer tus iris
como columnas de amanecer calmo
porque en la noche
fuiste hija de la turbulencia
multiplicada en nuestras formas volantes enroscadas/
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3 -
NOS HINCA LA LLUVIA
Una feroz mano de negra lluvia
Intenta bañarnos atrapados en los grises,
Se escurre como curioso fantasma de retrato
Hendiendo sus dedos de lanza casi imperceptibles
En nuestras pasadas heridas.
Pero está tu boca guardiana en vigilia
Alucinando mi piel que delira
Como un bálsamo curativo y mí
Cuerpo derrochando sus aprecios
en la cuenca de tus cantaros
Al viaje de mis manos,
maromas del salitre andan descalzos.
Encaminado al destino de tu boca
Lluvia feroz ya exiliada
Ausente la fuerza de patria
Explota su mínima bandera traidora
Y despoja su vestido impotente.
Con nuestros dedos caminan los labios supurantes
Y las lenguas en benévolo aquelarre de triunfante primavera
Sin pausa ni tregua
Con el orden natural desplegamos
nuestras urgencia imponentes.
- Autor: RICARDO ALVAREZ ( Offline)
- Publicado: 20 de octubre de 2015 a las 11:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 61
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