Quiero dejar de sufrir,
no me importa
a qué precio,
si para ello he de morir,
dejaré listo mi entierro.
Una eternidad de dolor
a cambio de un mundo
sin sentimientos,
donde eres la nada
que siempre fuiste,
donde yaces sola
en tu lecho.
Sola como siempre,
muerta como nunca,
insignificante
como tus pensamientos,
fría como la lluvia.
Cansada estoy
de estos sempiternos
instantes,
que duran un momento
y laten por infinidades.
Si este llanto no cesa,
acabaré yo
con sus raíces,
hasta que las lágrimas
terminen,
y finalice la marea
que las cubre de hiel,
llenándome de cicatrices.
Porque rendirse
no es opción,
tampoco una salida,
pero es más real y liviano
que esta puta tortura
sin dichas.
Sé que suena egoísta,
incluso cruel a oído ajeno,
pero nadie es imprescindible
y yo no soy excepción a ello.
Es incluso macabro,
fruto de una profunda tristeza,
pero sin vida ya me encuentro
y nadie darse cuenta parece,
así que,...
¿Qué diferencia hay
entre estar aquí
y estar bajo tierra?
Quizá me lleven más flores
estando inerte por completo,
pues pesa menos la gratitud
que el propio
arrepentimiento.
Aún así,
yo no me hago ilusiones,
pues dime,
si no les importo ahora...
¿por qué les importaré luego?
En todo caso,
yo no lo sentiré y sé
que a nadie le pesará
mi recuerdo.
Todavía no estoy lista
para marchar,
aún tengo miedo
de mirar a la muerte
a los ojos
sin temblar por dentro;
pero te juro
que estoy haciendo
lo posible por vencer
a los miedos
que me asaltan,
porque no aguanto más
esta miseria
y no estoy dispuesta a ello,
porque vivo resignada
tratando de matar
a mi "yo" interno,
para ya no sentir nada,
para liberarme
de mis sentimientos,
para no sentir el adiós
de esas personas
que quiero.
- Autor: Unsensitive-feelings ( Offline)
- Publicado: 22 de octubre de 2015 a las 16:05
- Categoría: Triste
- Lecturas: 63
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge H. Ramirez, De Sol y Luna
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