Sediento de ti
Sabes vivo enfermo
Desde que te vi.
Brotan las angustias
Cuando no te siento.
Mis venas se hielan,
La sangre no fluye;
Uso un pebetero
Para calentarla
Pues si no, me muero.
Me llega tu roce
Cuando no lo espero,
Y asaltas mis ansias
Con tan sólo verte
-dormida en la noche-
Tu bello cabello.
Dulce amada mía,
¡mi rosa especial!
Tus gratas caricias
Han guiado mi barco
Ante el vendaval.
- Autor: pupykuba (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de octubre de 2015 a las 22:44
- Categoría: Amor
- Lecturas: 87
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni, Isis M
Comentarios2
No sé por qué siento ausencia y distancia, quizás no todo es como lo que siempre se muestra -felices- mientras que el poeta escribe todo lo contrario, la distancia y la angustia y ése amor profundo, que llega a transformar algo hermoso en algo hirientemente caprichoso, en sí tu poema tiene ese mensaje que pasa en muchas relaciones, cuando la persona ama, hace todo lo posible para que la relación no terminé, aunque se susciten hechos que distancian el vínculo u lazo, pero, siempre está ése algo, que se llama esperanza...
Hay amores que no mueren y perduran en la mente en permanente acechanza, aunque se muestren ausentes, duran por toda la vida, y nos brindan esperanza, amigo poeta.
Muy interesante tu análisis. Junto a mi gratitud, envío un fraterno abrazo.
Y yo que tanto te quiero vengo con mis manos llenas de todo líquido afectivo para que sediento, jamás te sientas....jajaja..
Jesús! es bello el poema, que de tan bello no solo le he dado la estrellita de honor sino que lo imprimí para mi
Lindo viernes, querido
Isis M
Tu me quieres virtualmente, querida amiga del alma, déjame vivir en calma, no alimentes mi dolor, ni me vuelvas mas demente, afectuoso ruiseñor, .
Gracias por tus amables palabras, que premian mis humildes letras.
Junto a mi gratitud, te envío un cálido abrazo.
Tu me quieres virtualmente, querida amiga del alma, déjame vivir en calma, no alimentes mi dolor, ni me vuelvas mas demente, afectuoso ruiseñor, .
Gracias por tus amables palabras, que premian mis humildes letras.
Junto a mi gratitud, te envío un cálido abrazo.
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