No me des paraíso, dame desierto.
Insolación de recuerdos que lastima
mi mente carbonizada de dualismos.
Mar de arenas que sobre dunas encima
el jardín de Dios y su blanco espejismo.
Del barro modelable es que surgió el hombre
y del fuego ardiente brotaron los genios.
Como el lobo blanco, como un dios sin nombre
me hundo en tu cisterna de los milenios.
Sobre tus lejanos oteros me aliebro
en tu envoltura de luces y cenizas.
Bajo la austera desnudez del enebro
quiero sepultar mi esperanza hecha trizas.
Aquilón azota con su viento negro
el páramo de mi azaroso destino.
Mis más preciadas certezas desintegro
en la arena y en la huella del camino.
No me des paraíso, dame desierto.
- Autor: Heliconidas ( Offline)
- Publicado: 23 de octubre de 2015 a las 20:26
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 38
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