Me hiciste canción y me inmortalizaste en tu vida,
Estrofas de amor, inocencia y pasión,
Se quedaron plasmadas en tu voz azul,
Cantando una y otra vez,
Llenándote del humo de incienso,
Y yo escapándome como el,
Por aquella ventana que destilaba
El aroma de nuestro amor,
Reflejándote en el espejo que retrato
Una y otra vez el momento en el que
Delineabas mi figura sigilosamente.
Puedo escuchar en tu voz un puñado de nostalgia,
Por aquello que un día fue y se esfumo,
Seguramente como a mí te llegan recuerdos,
Si, aquellos de cosas simples,
Que nos envolvieron en tanta intimidad,
Aquella tarde en que terminamos llenos de pintura,
Sintiendo que navegábamos avante por el mundo,
Como dos personas que se aman
Y están tan agradecidas con lo que se tiene,
La tarde del té, el café y pan,
Saboreando tantos momentos mágicos y luminosos
Sin embargo solo soy una canción,
Y tu una voz que desconoces es escuchada,
Jamás sabrás que si lo deseo, cierro los ojos y todo lo llenas tú,
Apoderándote de mi cuerpo, alma, ser y espíritu.
Quizá algún día vagando por la ciudad logre reencontrarte,
Dobleguemos nuestro orgullo
Y sugiramos tomar una taza de té, café, copa de vino, en fin…
(Hoy somos desconocidos),
Disfrutemos el momento y antes de marcharnos sellemos con un abrazo
Nuestro voto de amor único, inmortal, siempre vivo e inocente y logremos esperar
Sin remordimientos el pasar de los años, la vejez y el final de todo ser.
- Autor: Magenta82 ( Offline)
- Publicado: 26 de octubre de 2015 a las 07:05
- Categoría: Amor
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni, Pepe Pnca, Jareth Cruz, El Silente Vagabundo
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