Los momentos que más disfruto son aquellos en los que me siento humano,
pecador, pobre, sencillo, amado, único, hombre, mortal...
Es una bendición:
¿Cómo poner el mundo en pequeñas líneas?
¿Cómo escribir un sentimiento?
El mundo está a nuestros pies…
¿Y tú qué hiciste para doblegar tu orgullo?
¿Cómo capturaste las palabras y las obligaste a decir lo que tú querías decir?
Es tu don, tu vida, tu existencia, y tú, simplemente el instrumento…
Quería llenarme de ti, pero tus besos no estaban conmigo,
entonces, me sacié con tu nombre hasta dejarte inscrita en mi memoria
y desde entonces, ya no existes más fuera de mí.
Comentarios1
Ese recuerdo, que profundo, se parece tanto al poema, es tan profundo como el poema, el símbolo que extraes del alma, tiene la misma profundidad que un poema en sí, y dentro de tu poema lo llevas a otro alcance..., mucha profundidad en tus letras...
Gracias por tu lectura colega...
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