El Poder de las Caléndulas (relato II)

Lissi

Alba, como la había bautizado su abuela dieciséis años antes, se levantó muy temprano y después de preparar el café en el fogón y dejar el comal caliente para las tortillas del día, salió a su caminata anual. No vio sus preciadas matas, las caléndulas, éstas no habían germinado cerca de su pradera. Caminó y caminó durante varias horas donde encontró una pequeña mancha que empezaba a florecer, Alba se preguntaba por qué la tardanza de su florecimiento y las pocas plantas en el lugar. No encontraba una respuesta, porque todos los años habían grandes cantidades porque la mayoría de su gente las utilizaban para adornar las tumbas de sus seres queridos el día de los Santos Difuntos. La abundancia era grande por lo que nunca pensó que llegarían a extinguirse.

Continuó caminando para poder llegar a lo alto de un cerro y así platicar con el espíritu de su abuela, ella sabría la respuesta. Necesitaba encontrar una solución, ya que muchas personas dependían del poder de los preparados que ella fabricaba con las encendidas flores. El lugar estaba desolado, la hierba era escasa y la tierra se veía muy seca. Invocó el nombre de su abuela, pero no sintió nada, solamente el silencio reinaba en el sitio. Tres veces la llamó como solía hacerlo en ocasiones anteriores y no hubo sensación alguna. Alba, muy triste comenzó a descender hacia su casa con la mirada perdida en el horizonte, cuestionándose por qué no había guardado semillas del año anterior. Saldría al siguiente día más preparada para alejarse un poco más en búsqueda de las caléndulas silvestres, esas que la llenaban a ella de felicidad…

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Comentarios +

Comentarios5

  • boris gold

    mUY BUEN RELATO.
    uN ABRAZO

    • Lissi

      Un honor que haya leído mis sencillas letras, como las flores plasmadas en ellas

    • nelida moni

      Hermoso, haz descripto una escena
      preciosa y natural, buscamos las flores, nos alegran la vida
      Cariños
      Nélida

    • rosamaritza

      Que hermosa labor la de Alba, al preparar con las hierbas medicina natural, con razòn tanta preocupación, al no verlas brotar, que bello compartir mi querida Lissi, espero pronto florezcan calèndulas, abrazo y beso mi querida Lissi
      rosamary

      • Lissi

        Aunque debamos caminar muy lejos, encontraremos las caléndulas florecidas

      • Nancy Ruiz Lee

        La historia se va poniendo más interesante. Las abuelas siempre son esencia de sabiduría, reveladoras del sentido de la vida. Un abrazo, Lissi.

        • Lissi

          Gracias, vamos a ver como mi musa hilvana esta historia con sabor a naturaleza. Saluditos cálidos desde la perla de oriente

        • kavanarudén

          Alba, hermoso nombre, hermosa historia.
          Su don especial.
          Buscando respuestas.
          Sigo con atención tu historia.
          Un gusto leerte Lissi querida.
          Bendiciones
          Kavi



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