Mis amigos son hippies.
Fuman hierba y no se cortan el pelo
pero ahora se bañan diariamente.
Practican amor libre y a veces,
de vez en cuando,
condescienden a formar una familia
y a añorar el olor de la témpera
en la piel.
Mis amigos son militantes políticos.
Militan en partidos de izquierda
y aún desean cambiar el mundo
o al menos algún mundo.
Y creen que habrá el Hombre Nuevo
predicho por el Che
en su discurso habanero.
Mis amigas son asistentes sociales,
psicólogas, artistas callejeras,
maestras de frontera,
lesbofeministas militantes,
y marchan en Mar del Plata
con los senos al aire
y también en Ni Una Menos.
Mis amigas y mis amigos
creen en la Utopía
y sienten en su cuerpo
el dolor ajeno
como si fuera propio
y luchan por derechos de minorías
que no son las propias.
Mis amigos son indígenas,
peruanos, bolivianos, argentinos,
wichís, aymaras, mapuches,
y me reciben en su mesa
como si yo lo mereciera.
Mis amigas son putas
-no todas, pero algunas-
travestis, transexuales
lesbianas, gays, bisex,
y también me reciben en su casa
como si yo tuviera
algún lugar en su corazón.
Mis amigos son pobres
de toda pobreza
basureros, cartoneros, villeros,
drogadictos, ex convictos,
y nos vamos juntos a pescar
y nos emborrachamos juntos
con varias damajuanas
cada uno.
También tengo amigos tranquilos
de la infancia.
Pero me siento más feliz con aquéllos
desamparados, segregados, desposeídos.
Es que me gusta el bardo...
- Autor: Julián Centeya (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de octubre de 2015 a las 08:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 153
- Usuarios favoritos de este poema: Hisopo
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