Los vaivenes de la vida, Altibajos de la mar,
No me dejan descansar Y me arrastran sin medida;
De repente yo camino Con prudencia y con cuidado,
Mas de pronto aprisionado Me lastima agudo espino;
Me levanto decidido A prevenir el dolor,
Pero me toca el amor Y me deja todo herido;
Es entonces cuando digo Basta de tanto llorar,
No me voy a enamorar Ni a buscar algún abrigo;
Y me encierro nuevamente En mi eterna soledad,
Con gran laboriosidad Que se nubla de repente;
Es la vida un contraste Entre alegría y dolor,
Entre agonía y amor En rutinario desgaste;
¿Qué es prudente?, yo pregunto, Para poder navegar,
¿Dejarnos sólo arrastrar?, No tiene caso ni asunto
El querer tú decidir, Nunca faltará razón
Para ver tu corazón Muy lentamente morir;
Y con el Dios en la boca, Con llanto muy reprimido
Naufragarás sin sentido Por una vereda loca
Que nos conduce al abismo, A la perenne condena:
Llevar a cuestas la pena En que te encierras tú mismo;
Sólo nos salva el amor, en tan terrible agonía,
Para llenar de alegría lo que siempre es dolor;
El amor pinta la vida de una gran serenidad
Muestra la realidad, de la ilusión, la salida…
- Autor: Raúl Gonzaga (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de octubre de 2015 a las 08:28
- Comentario del autor sobre el poema: Versos dedicados a los vaives de la vida...
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 241
Comentarios1
Si no estás preparado para afrontar el naufragio, la soledad te mata, la sed te devora, el mareo te desvanece; debes resistir y soportar la prueba para encontrar el amor y salir triunfador de esta gran ansiedad y angustia que representa la vorágine de la vida...
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