Aquellas lágrimas,
que recorrieron mis mejillas,
son juncos trenzados en finas láminas,
donde mi memoria se maquilla
recordando los sueños de una vida.
Alejo las tinieblas del olvido,
que, burlonamente, van tejiendo
la estela de un corazón dolorido;
luces y sombras sonriendo
en un altar sin dios conocido.
Releo las líneas de mi pensamiento,
que, eternamente, vaga sin parar
entre la añoranza y el tormento
de una vida que pueda amar,
al calor del recuerdo de tu encuentro.
Jamás volverás a mí,
pero tu amor crece con mis versos;
sin renunciar a la pasión de un pasado,
que dejó mi alma hecha jirones;
aún colmada de un fuego sagrado.
Lavo la tristeza de mi herida
con lágrimas de felicidad,
por haberte conocido en lo profundo,
más allá del ocaso de este mundo;
más allá del bien y del mal.
- Autor: Isabel Anhara (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de noviembre de 2015 a las 03:58
- Categoría: Amor
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: anbel, kavanarudén, El Hombre de la Rosa
Comentarios3
Me gusto, su poema...
Saludos, Cordiales.
Gracias por tu comentario, BlackDreamz. Un cordial saludo
Cuando se ama sinceramente el amor no muere, se mantiene dentro. Aunque tengamos la certeza de que jamás regresará, las lágrimas son la viva expresión de ese hermoso sentimiento.
Un gusto leerte amiga del alma.
Un fuerte abrazo
Kavi
Gracias, Kavi. En efecto, el amor verdadero nunca muere, aunque la persona amada ya no esté. Un abrazo.
Aquellas lágrimas que partieron tu corazón para refugiarte en la poesía que inmortaliza los deseos de amar y ser amado amiga y compatriota Isabel...
Muy hermoso tu versar...
Un placer ser tu amigo
El Hombre de la Rosa
Gracias, amigo del alma. Las lágrimas pueden ser expresión de tristeza, pero también de júbilo por hacer conocido un sentimiento que no todo el mundo tiene el privilegio de llevar en el corazón. Un abrazo.
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