Daría mi vida entera
por el rojo de tu boca,
que ensueños me provoca
del clavel que brota en mí.
La vereda del camino
me mostró la hojarasca
de un mundo desconocido,
que da el amor por perdido
a fuerza de ingratitud.
Un mundo, en que la vida discurre
entre renglones torcidos,
deshojando al viento los latidos
de un corazón, que rezuma el deleite
de un paraíso otrora vivido.
Un mundo de fatuos dioses
que con paso recio avanzan,
hundiendo sus pies de barro,
por enarbolar el velo de su orgullo
bajo el hechizo de falsos hados.
¡No permitamos su tiranía!
El corazón de un poeta
no retrocede en la adversidad,
ni sucumbe en su agonía;
es metal forjado con cada herida.
Dibuja con trazos coloridos,
su vida pendiente de un hilo,
cual cometa empujado por el viento,
que se eleva al firmamento
sin echar la vista atrás.
Ya atisba un universo nuevo,
de nubes de algodón y carmesí;
radiante en sus altos vuelos,
donde se cumplan sus anhelos,
al ver tu boca sonreír.
- Autor: Isabel Anhara (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de noviembre de 2015 a las 11:10
- Comentario del autor sobre el poema: La vida nos conduce por innumerables caminos; algunos llenos de escollos. Sólo el amor puede hacer que los superemos, saliendo, incluso, fortalecidos. Debemos caminar por esos senderos con la mirada puesta en la esperanza de un futuro mejor. No hay necesidad de volver la vista atrás, salvo cuando se trata de traer a nuestra mente y a nuestro corazón hermosos recuerdos, que compartimos con nuestros seres queridos.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: Eben79, Lissi, kavanarudén
Comentarios1
Hermoso poema.
Esos labios rojos que son la perdición. Ese amor profundo que nos hace tocar el cielo.
El amor es lo que nos ayuda a superar completamente todo.
Un abrazo.
Kavi
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.