El Capitán

Esteban Mario Couceyro

Mi edad, es mayor a los tiempos

he caminado mil senderos

y navegado la mar

amé los ojos, que me han mirado

y el cielo, he visitado.

 

Mas no he encontrado

luz más brillante

que tus ojos enamorados

rodeado de horizonte

anocheciendo en el mar.

 

Mi edad, me preguntas

¡que más da!

si la bruma has de encontrar

y en los sonidos del mar

 ellos te contarán

cuantos siglos lleva el capitán

navegando la vida

encallando la muerte

donde siempre ha vencido

renaciendo enamorado

de amaneceres perlados

y alunados anocheceres.

  • Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 4 de noviembre de 2015 a las 10:35
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 28
  • Usuarios favoritos de este poema: nelida moni
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Comentarios +

Comentarios2

  • Armando Luna Pineda

    Hermosas letras amigo Mario, gracias por compartirlo. La edad del hombre y del mar, como comparar tal inmensidad, solo queda amar en el instante y luego despegar al infinito.

    • Esteban Mario Couceyro

      Es cierto, el marino y el amor de puerto, un fenómeno no menos auténtico que los otros.
      Un saludo
      Esteban

    • Beatriz Blanca

      Poéticamente ablando te quedó bellísimo. No me animo a opinar sobre el amor comparado con el mar, soy mujer de tierra firme.
      Un saludo al infinito y más allá...

      • Esteban Mario Couceyro

        Querida amiga, yo también soy de amores constantes, pero también es cierto que hay amores galantes, en los que el ejercicio del amor no lleva en si la estructura de la familia. Este personaje por su habitualidad y tradición, estaría imposibilitado de llevar una familia.
        También es cierto, que nuestro marino, por su personalidad emocional y ética, no encuadraría en satisfacer su lado emocional, sin que medie el amor, un amor particular.
        Sin llevarlo al extremo del marino, hay hoy en día varias profesiones, que no se llevan bien con la familia y su exigencia de habitualidad.
        Sin duda, este personaje, uno más de muchos que me forman, lleva el amor en su corazón y en sus ojos, el puerto esperanzador (recordá que las mujeres a bordo, son de mala suerte en la tradición marinera).
        Los límites del todo, es escaso marco, para mi enorme saludo.
        (Acá el marino, hace extensivas sus propias buenaventuras)
        Esteban



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