Mi dulce amor, eres como el agua clara;
cristalina como las gotas del rocío;
hermosa como lágrimas de lluvia
en los albores de la primavera.
De nuevo, ¡ojalá te viera!
Tu recuerdo discurre dentro de mis entretelas;
al socaire de un vendaval,
que rompe furioso
en un mar de soledad completa,
cual barco varado de raídas velas.
Siento tus manos aferradas a las mías,
asiendo el amor que partió un día,
enterrado a fuerza de desventura
entre abandonada tristeza
y trazos de locura.
No deseo dejarte partir;
tu memoria aviva la pasión, que otrora sentí.
Vivo entre dos mundos:
entre el cielo y el infierno;
a solas, evoco el bien que perdí.
- Autor: Isabel Anhara (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de noviembre de 2015 a las 05:54
- Categoría: Amor
- Lecturas: 429
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni, kavanarudén, sandor
Comentarios2
Hermoso, profundo, melancólico, con un toque de tristeza que lo hacen simplemente hermoso, sublime.
Cuando se ama, se entrega todo y ese amor difícilmente se puede olvidar, porque llega a formar parte de nosotros mismos.
Un gusto leerte amiga.
Bendiciones
Kavi
Gracias, Kavi. Que tengas un hermoso fin de semana y lo disfrutes. Un abrazo
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