El Crucifijo Trebolado

LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON

El Crucifijo Trebolado

 

Pendiendo sobre el respaldo del lecho de mis padres

siempre estuvo ahí colgado...protegiéndonos,

escuchando pacientemente, las oraciones de mi madre.

Parecía dispuesto, a otorgar, a ceder...inconmutable,

las sentidas peticiones de todo el que al contemplarlo,

con humildad y respeto, le presentara.

cruz de madera color negro

con algunos adornos con brillo plata,

sujetando el cuerpo del Cristo modelado

en metal plomo y yeso

- El Cristo Crucicado adosado a ella,

a la cruz trebolada

- por tres clavos.

Rostro doliente, suplicante

con muestras de dolor y sufrimiento...

Ojos cerrados, con dos lágrimas

que rostro abajo descendían,

- parecían ser las últimas

del Cristo muerto.

 

¿ Cuántas veces te vi llorar, Cristo conmigo...?

Cuando con inocencia de niño,

imploraba tus favores,

elevando a un cielo deseado, mis oraciones

- después de alguna herida,

las mismas que veía en el cuerpo del Cristo

de metal plomo y yeso que pendía

de la cruz trebolada de mi casa.

 

Oraciones aprendidas en la iglesia del pueblo,

junto a otros niños,

que recién empezábamos a transitar por esta tierra,

la que era de Él...y que controlaba

desde lo alto...desde su cielo...

Ese lugar tan alejado y al que todos aspirábamos

- queríamos lograrlo,

portándonos bien y sin salirnos del camino,

- que Él había fijado.

¡ Había que ser Bueno !

Soñábamos con ello...

siempre con temor de no cumplirlo

asustados, temerosos...

sintiéndonos incapaces de lograr aquello...

inalcanzable, tan lejano...

y para ello solo...había que ser bueno,

como había sido el mismo Cristo

- cuando era niño.

Ese, que había muerto por nosotros

- predicando...

entre las multitudes de gentes,

sus semejantes, que no le creyeron

- lo mataron.

 

Yo, cada día y a cada instante, lo veía...

- observando sobre el respaldo del lecho de mis padres

- muy cercano.

Crecí con él y maduré con él mis pensamientos,

quise imitarlo y jamás pude lograrlo...

Sin alejarme, mentalmente siempre quise estar con él,

me ha costado muchísimo

mantener lo dicho por los rezos,

- con el tiempo

he aprendido a sostener parte de aquello

- con simpleza,

aportando mi trabajo y mi vida...

- como oración diaria,

ofrecida a Él, a ese Cristo que vi de niño

crucificado en la Cruz Trebolada de mis padre.

Ver métrica de este poema
  • Autor: Purenino (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 7 de noviembre de 2015 a las 12:39
  • Comentario del autor sobre el poema: Una cruz trebolada y simple de madera, vista siempre en una pared de mi casa paterna, marcó mi vida intentando ser bueno, aportando mi trabajo de profesor.
  • Categoría: Espiritual
  • Lecturas: 8
  • Usuarios favoritos de este poema: De Sol y Luna
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.