Memoria errante

Ricardo Murrieta 97

Dentro de esta mirada envuelta en cenizas, devorando hojas de coca, con el humo en el vientre, el café se enfria, nuestras manos se envuelven en icebergs, dentro de este cielo de chocolate, con susurros temerosos, como los sabios contándose un consejo, como los apagones de vientos huracanados y velas encendidas.  Tengo miedo, como un niño en Siria, pero soy fuerte como ellos, que sin temor toman granadas como si fueran flores, donde la sangre es el símbolo del amor verdadero, y Dios atestigua, callado, insípido (El símbolo del islam), ¿Podre verte con estos ojos de papel derretidos por el tiempo y la aventura de vivir? El cielo puede esperar un segundo más, y este corazón no deja de caminar, bajo el sol cancerígeno de Lima  y la luna sangrienta de Paris, los arboles concederán el viaje de los soñadores, quedara guardada en la mochila al lado de los recuerdo fotográficos,  quemados en la playa de arena color ocaso, en un mar infinito, con ideas infinitas, con sueños dentro de botellas, naufragando siglos, encontrando naufragos siderales con misericordia en sus rostros y no poder saberlo.

 

 

  • Autor: Ricardo Muriz (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de noviembre de 2015 a las 02:09
  • Comentario del autor sobre el poema: El poema y las reglas son como dos niños en un parque peleandose por el columpio...
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 50
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