Guarandinga fue la gata...
que sustituyó a Margules…el gato,
no es que hubiesen muchas ratas
sino por el recuerdo y los buenos ratos.
-La llamaremos princesa-
-no, quizá “niña”-
entre risas era el debate
y en una fugaz ocurrencia,
guarandinga, su nombre de pila.
¿Por qué ese nombre tan raro?
una y otra vez yo me repetía,
¡qué cosa tan fea! ¡qué cruel comparación!
pues el nombre se debía a que sustituir no podría
al gato que conquistó nuestro corazón.
La colegiala de la casa fue dueña de su amor,
y la gatita maullaba, maullaba por un poco de calor.
Al regreso del colegio, practicaban saltos gatunos
y en uno de sus saltos la gatita no tuvo tino alguno,
la gatita maullaba, maullaba de dolor…
Al veterinario…Oh, el diagnóstico
esta minina, familia no podrá tener
se ha lastimado y el bisturí tendrá que ver.
Guarandinga se recuperó y un enamorado
a casa se acercó, la pobre suplicaba
permiso para salir…
Más al saber de las consecuencias
del amor gatuno, no la queríamos perder.
Presa en la casa, parecía estar noche y día
y aquel enamorado suplicante la reclamaba,
cuando la luna resplandecía
Guarandinga…escapó a hurtadillas,
la princesa de manchas negras,
desapareció…y no la volvimos a ver.
- Autor: Lissi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de noviembre de 2015 a las 13:39
- Comentario del autor sobre el poema: A solicitud de mi hermana July acá la historia de la gata Guarandinga, que tuvo un lugar especial en la familia mientras éramos unos críos. Como vivíamos solos en la capital nos acompañamos de una mascota, la cual nos brindaba cierta seguridad y creo que así fue...esos gatos nos cuidaron como si hubiésemos sido sus cachorros.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 97
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, El Hombre de la Rosa, rosamaritza, Peregrina, Diluz, DELICADA ABRIL
Comentarios5
Oh Dios, la segunda que se pierde.
Pues pensemos también que encontrò un enamorado y ahora vive contenta y feliz, sin tanto maullar porque està con su amado gatuno.
Un deliciosos relato.
Me hizo reir el nombre "guarandinga", una palabra que repetia mucho mi abuela, sobre todo cuando no se recordaba del objeto que pedìa: Muchacho el carrizo, pàsame la "guarandinga esa" caramba 🙂
Un abrazo Lissi querida.
Kavi
Gracias, sonrío ante tu comentario. El nombre, una de mis hermanas veía novelas venezolanas y allí oyó la palabra, significado: cualquier cosa u objeto. Se lo pusimos con cariño, pero pensábamos no será igual que Margules. ¡Uno siempre comparando! Cada una de las mascotas fue especial, iré recordando a aquellas que nos brindaron su cariño especialmente cuando fuimos niños y colaboraron en nuestra formación, aprendimos algunos valores cuidándoles.
Saludos
Que bien. Pues aquí me siento en mi butaquita a esperar los otros animalitos. Nosotros también tuvimos unos cuantos ya que mis padres eran amantes de los animales. Llegamos a tener hasta un venado, sin nombrar las tortugas, guacamayos, perros, loros, pàjaros, chivos, acures....digamos que casi estábamos en medio de un zoo 🙂
Siendo venezolano me vino de rerir por esa palabra, tenìa año, año que no la escuchaba, en este caso, que no la leìa. En casa se decìa mucho, pero màs con mi abuelia (ecita 🙂
Un abrazote enorme y me siento desde ya a esperar tus relatos 🙂
Kavi
Muy hermoso tu genial versar amiga Lissi...
Muy grata su lectura...
Un abrazo de amistad...
El Hombre de la Rosa
Cuando la gata maulla no hay quien la detenga, si puede se escapa, original tu poema mi querida Lissi, la palabra guarandinga me recordo una expresión que tenia mi mamà, cuando se molestaba decia, buscame mi guarandinga jajajajajja
abrazo yb eso de rosamary
Un gusto pasar a leer ; encantador y simpático relato...
Saludos amistosos de
Peregrina
Ay Lissi, me matan tus anécdotas, pero...bueno así es la vida. Hasta los animalitos se deben a su destino.
Cariños
*Diluz
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