Recuerdo tu cara de niña,
tan delicada, tan sonriente.
Me trae el sonido de las caracolas
en una mar azul transparente;
la añoranza de críos alborotando
junto al amor de la lumbre;
de promesas y sueños silentes
durante las noches de estío.
Eres mi amor y siempre lo has sido;
la espera mereció la pena
en este mundo de hielo y hastío.
El llanto mereció la pena
por adorarte y haberte querido;
la sinrazón mereció la pena
por haber estado siempre contigo,
pues, sin amor, todo está perdido.
Tu recuerdo vive dentro de mí,
por eso, nunca te has ido;
tu recuerdo es la llave del amor,
que abre y sana mi corazón herido.
Sólo tu recuerdo lo hace latir
en busca del tiempo perdido,
donde mi ser sufrió lo indecible,
cuando te llevó la guadaña,
quedando nuestro hogar vacío.
- Autor: Isabel Anhara (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de noviembre de 2015 a las 05:28
- Categoría: Amor
- Lecturas: 77
- Usuarios favoritos de este poema: Eben79, nelida moni
Comentarios1
Bello, isabel, estos recuerdos perduran
Cariños
Nélida
Muchas gracias, Nélida, por leer mi poema. Un placer que te pases por éste, mi rinconcito poético. Un abrazo.
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