Sábado Santo que apartado por el Señor eres;
¡Cuán dichosos somos al compartirte!
Como el maestro divino, su ejemplo seguimos
Aunque contra la corriente del mundo
Vallamos los que seguimos su ejemplo.
Llénanos hoy de alegría celestial;
Que como cristianos rutinarios
No vallamos a tu Iglesia establecida,
¡Cuántos hay que llevando tu sagrado libro!
Injusticias en su vida amontonan
Contra el débil, contra el pobre, contra el niño o el anciano,
¡Calentadores de bancas inertes son!
¿Que piensan? que la apariencia es más importante
Que el amor o la compasión,
De Jesús su ejemplo no siguen
Aunque tu nombre superficial tienen.
No es mi propósito, Señor, el juzgar la cizaña del trigo,
¿Quién soy yo para determinar tan espiritual carácter?
Solo medito en tu sagrado lugar si en mi rostro existe hipocresía
Si en mi vida, embajador soy del benefactor crucificado
O si en representante del enemigo diabólico me he convertido.
¿Ven en mí una mano amiga?
¿Mi prójimo cuenta conmigo como un hermano sincero?
Perdóname, mi Dios, si no hago conforme a tu palabra
Y mi cristianismo no es más que apariencias vanas.
Cámbiame, transforma mi carácter
Que este sábado no sea para mí un simple sábado más
Porque sé que es un sábado menos aquí en la tierra,
Hasta aquel sábado eterno
Cuando nos encontraremos con nuestro Señor y dueño.
basado en S. Lucas 4:16
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Autor:
El Corbán (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 14 de noviembre de 2015 a las 12:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 133
- Usuarios favoritos de este poema: Maria Hodunok.
Comentarios1
Solamente GRACIAS, por esta alabanza de la cual me hago eco.
Grande sos poeta.
Bendiciones.
Gracias María , eres una persona muy linda.
un abrazo a la distancia.
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