Y no quiso el azar que entretuviera
mis ojos en tu rostro bello y triste,
ni el capricho de amor que tu me diste
salvó mi corazón de esa manera.
Me quejo de lo pudo haber sido
si el corazón mío ya fuera el tuyo,
y lerdo y somnoliento casi intuyo
si para ambos hubiéramos nacido.
Mas no, la soledad que se empecina,
en encontrar amores desparejos
y en sendas para todo desengaño,
El caos que se peina a la gomina,
el corazón, qué vaina ese pendejo!
que canta el pasaran más de mil años.
- Autor: Jet ( Offline)
- Publicado: 16 de noviembre de 2015 a las 01:20
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 69
- Usuarios favoritos de este poema: The White Witch
Comentarios1
Te deseo un amor, aunque sea rengo, pero que sea amor, después de todo que más tienes que hacer?... Si pa amar nacemos mi amigo... Que placer volver a leerte! Como siempre, impecable.
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