Le implore a Dios un nuevo color para ver, un color tan hermoso que no lo pudiera creer.
Después deje de creer en Él, fundiendome en las hondas praderas con flores encontré la miel.
Vivía por ella, morí! Por ella y te encontré a ti, con tanto color en tus ojos preciosos que dije "no son para mi", con tanta miel en tus labios que en ti vi, que no volví a creer en Dios.
Me asegure de deshacer mi fe, de no creer en nada divino que no estoy seguro que exista, deje de buscar en el cielo un paraíso elitista, tire todo libro, todo recuerdo, toda pista!.
Porque mire a una Diosa con ojos divinos, con labios tan dulces como miel en narcisos.
Cabellos Medusos castaños, me volviste de piedra, tu piel como seda! Y yo entre pantanos.
Tus curvas, tus glúteos, tus senos, tus piernas, tu alma, tus venas.
Conjunto perfecto que crece, expande mi cielo, te veo, mi corazón se estremece.
Tu voz la imagino, y conmigo estas palabras rezas, un Lambrúsco de vino, para limar asperezas.
- Autor: Sajid Retes ( Offline)
- Publicado: 16 de noviembre de 2015 a las 05:35
- Comentario del autor sobre el poema: Como la mujer es el verdadero amor por su simple creación, la antítesis del miedo, del odio, ella, que representa todo el amor, una verdadera religión para el hombre.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: sandor, nelida moni
Comentarios1
Exquisito y hermoso.
Profundo y existencial.
Profundos sentimientos expresas en esta tu prosa poetica. Soy admirador de las prosas.
Un placer pasar y leerte amigo.
Un abrazo de respeto admiraciòn.
Kavi
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