No me inquieta, feroz y descarnada,
la verdad que vomitan los espejos,
que se trepen la bruma a la mirada
y a la fase menguante los reflejos.
No pretendo evocar una alborada
y sus tonos brillantes y bermejos,
es la hora del ángelus, marcada
con mil sueños tan cómplices y añejos.
Nos amamos, la luz no fue apagada
y en tus ojos estallan los festejos
que edifican el todo de la nada.
Conservamos el don de andar perplejos.
¡El amor es amor! ¡Cosa juzgada !
No es de joven, de niños, ni de viejos...
- Autor: Miguel Font (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de noviembre de 2015 a las 06:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 127
- Usuarios favoritos de este poema: Ringo Stax
Comentarios1
Precioso soneto.
Saludos
Ringo
Hola Ringo ! Muchas gracias por tu visita y por el alentador comentario ! Un abrazo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.