Toqué su pecho y palpitaba, sus manos estaban frías
y temblorosas. Le miré los ojos y parpadeaban
y una sombra vino a mí en forma maliciosa.
Me contó al oído escenas preferidas
de amores provocados y otras atrevidas.
No me opuse a escucharle porque sentí curiosidad.
Mis partes íntimas latían con una fuerza irresistible
hasta no poder más. ¿Qué si le escuché?
Negarme fue imposible
¿Cómo no hacerlo si era un hombre guapo
que me llevó a la clandestinidad de mis aventuras?
que no fueron sucias, fueron sentidas y voraz.
Me contó cómo hacía el sexo con frivolidad
y una duda acechó a mi mente lujuriosa… como las demás.
Me acosté en silencio como quien espera esa vela
que se prende y entre su luz vi mi cuerpo hirviendo
con su sangre y en su fogosidad temblé por todas partes
como no había sentido nunca antes.
¿Qué hicimos el sexo? No, fue un preludio inmortal
que lo supe gozar hasta la saciedad.
Sus dedos se hundían en mis locuras
con temperamento de hombre macho
saciado de vírgenes quizás.
Me llevó a donde yo quería, me habló de amor
de una forma casual y desvistió mi cuerpo con su boca,
besando mis pezones cual aureola
prendida como granitos de arena.
Y nos hicimos cuentos y fantasías sexuales
que nos enloquecían más, no existió la maldad ni la pena.
Mis labios saborearon su miembro viril
y mil pensamientos entre sus quejidos supieron venir
que se amontonaron en mis oídos,
que no podían escuchar,
porque sus sabores no me hacían razonar.
Mis piernas sintieron abrirse a un otoño de humedad
y eran sus labios tiernos bebedor de su terquedad.
¿Qué si terminamos? Que va.
Empezaron las lluvias frescas como roció de punta
a penetrar en mi vagina de sueños queriendo colapsar
y fue tan repetido el sentimiento,
que rodando por el suelo
el coraje que se siente dentro,
junto a la playa repleta de fuerza inmensa,
nos pusimos a navegar.
¡Qué fuerte, qué fuerte fue remar!
y nos sumergimos llenos de deseos
en ese movimiento de oleajes
nos sentimos como ola salvaje
que te aprisiona y en un instante…
mi vagina aprieta al talismán que me sujeta
y me hace en sus brazos sucumbir.
Ahora siento que en su regazo…
como en un cuento de hadas sin terminar,
¡he vuelto a vivir!
- Autor: nellycastell ( Offline)
- Publicado: 18 de noviembre de 2015 a las 13:24
- Comentario del autor sobre el poema: Sigo insistiendo, porque al que no quiere caldo se le dan dos tazas.
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 133
- Usuarios favoritos de este poema: nellycastell, nelly h, rosamaritza, Lucia Pastor, Juan Pedro Castellano, Isis M, David Arthur, kavanarudén
Comentarios7
Y menudas dos tazas ja ja , de caldito caliente.
Un abrazo Shira
Exuberante entrega pasional y poética....me encanta como escribes querida NELLY....trasladas y de la mano nos llevas por los rincones de tu poesía....besos.-
Poesía de sutil belleza para expresar un fino erotismo.
Saludos
Asì es mi querida Nelly, al que no le guste el plato, se le dan dos, y por cierto esta que arde jajaaj, me gusto el erotismo sensual de tu poema
abrazo y beso de rosamary
Da igual si hubo o no hubo, no importa si o no terminaras, lo increíble es que te hizo suya y no sabes, ni por qué. Un beso!
Mira ella si sabe, lo que sucede que no todos tienen la capacidad de entender los eróticos y menos sentirlos como parte indisoluble del ser humano que lo vive a plenitud para saber que está vivo y transitar por el camino más deseado, donde hay unos brazos y un corazón que te agita y sus latidos en silencio te gritan sin que otros lo escuchen, es que el sexo para mi lo llevo como un sagrado estuche de color rosado. Gracias por mis letras haber pasado y dejarme tan bello comentario. Te abrazo.
Los momentos de profundo placer entre una mujer y un hombre expresada con una lengua erótica y sensual.
Un abrazo amiga Nelly,
Davidl
Delicioso erotismo, elegante y dulce.
Realmente una cosa hermosa has escrito.
Còmo se puede criticar el erotismo? Todo culpa de la ignorancia.
Un hermoso poema que he gozado desde el principio a fin.
Un gusto leerte amiga del alma.
Te quiero
Kavi
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