Él ha muerto Por fin llegó ese día
en que al cuerpo le cubre una mortaja.
Una caja hoy pena en la sacristía
al amparo de alguna avemaría
y el silencio que escucha y me relaja.
Todo ya quedó atrás. Esta es la fría
historia de un recuerdo que fue y viaja.
Se ignora qué el finado pensaría
si ausente de tristeza y de alegría
en esta vida que el destino saja.
La noche nace mientras muere el día
y la luz de la sombra se deshace
y la estancia suspira ya sombría
a la espera de que le haga compañía
en ignoto lugar el que todo hace.
Nada aquí dejó, que él nada tenía,
que lo que él suponía era prestado,
la hipoteca que él mismo suscribía
exacto el mismno día en que nacía
es la misma que dios no ha renovado.
Todo se acabó ya ¡quién lo diría!
aquella linda flor hoy es borraja
en el torno a ese ataud, melancolía
de algo que un día nació y hoy fenecía
del vino hoy sólo queda la tinaja.
©donaciano bueno
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de febrero de 2016 a las 05:14
- Comentario del autor sobre el poema: La mortaja, la última vestimenta.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: Armando Luna Pineda, Peregrina, Evandro Valladares
Comentarios1
Pues sí...todo llega y pasa, nada es para siempre...y lo único que se lleva uno es lo que es.
Un gusto pasar aleer...
Saludos amistosos de
Peregrina
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