En la penumbra de mi mirada la voy perdiendo
Como fantasma santiguado de mis sombras se aparta
Los ecos de sus gemidos se van alejando en el olvido
y sólo me persigue su nombre desnudo, sin memoria
Hablar de ella resulta ser hablar de mí, de mis sueños,
De mis recuerdos
Es hablar de mis miedos, de mi dolor, de mis lágrimas
Del espacio que inventé para que existieran sus verdes ojos
De los ojos que cambiaron de piel, de memoria, de labios
Mas yo los cuidé con el amor del recuerdo.
Entonces…
No me pidas corazón que resista, que sea un amante fiel
No me digas que espere su retorno, que guarde mis besos
para sus días
Si todo lo que es y fue se lo llevó, lo arrancó de golpe
No te atrevas a ofenderme con tu nostalgia de un sueño que inventé
No me digas más…
Que al final de la jornada la única certeza es mi adiós
Olvidado, abandonado, ciego, con recuerdos inútiles sin dueño
éste es principio del fin, éste es el adiós a una vida que murió
Desde que la inventé…
No me pidas más tiempo, no me pidas lástima…
Hoy por fin puedo verla a los ojos y decirle:
¿Quién pierde más de este adiós Carmen?
Yo pierdo tu presencia, tu amor
Pero, tú pierdes la vida, mi vida, en un estertor.
- Autor: leon Morales ( Offline)
- Publicado: 20 de noviembre de 2015 a las 00:00
- Comentario del autor sobre el poema: El amor deja una marca muy profunda en el alma y pese a que regresa en otro cuerpo, en otra alma siempre esta presente como una nostalgia, como algo que esperas pese a los años, a la edad. Es un intento de rendir honores a ese amor que nunca se perdió pero que nunca se encontró.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 61
- Usuarios favoritos de este poema: nelida moni, angeldelanoche
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