Sin retorno.

Hoy he visto tu desesperación, la he sentido,
quisiera decir que te comprendo pero entonces te
habré mentido. Se nota que luchas por sobrellevarlo,
pero más se nota que sufres por ello y que te
quiebras a cada paso.

Que falsa la felicidad en la que dices vivir, a mi
no me engañas, te conozco más de lo que crees y quizá
menos de lo que creo. Fuimos uno por tanto y llegué a ver
cierto resplandor, cierto brillar en tu existir que
pienso que logré descifrar parte de tu código.

Creí habernos compenetrado lo suficiente como para nunca
tener que estar así como estamos ahora, yo te miento y
tu me mientes, nos mentimos uno al otro. Yo te digo que
estoy bien, en eso estoy y no hay retorno. Me habré perdido
completamente si regreso desde aquí, hoy aquí me quedo,
aunque sea estoy consciente en que lo intento, y que lo
intentas tú, aunque sigamos sufriendo. Así es, mi vida,
sigamos corriendo...