La lluvia me caía en el rostro
me mojaba todo
era fría como hielo
me llegaba hasta los huesos
nunca había apreciado cuan fría era la lluvia
y más frio era el sentimiento de estar solo
en aquella calle
donde no había nadie
ni la luz de un candelabro
o de un poste
era de noche
y el frio de la noche
me acompañaba
no para darme algo bueno
solo para decirme que estaba solo.
- Autor: Marcelino pan y vino (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de noviembre de 2015 a las 00:14
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 79
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