Invalido,
y triste cuerpo
llorando a la soledad presente,
ojos ciegos a la verdad,
boca extraña a los gemidos,
pensamiento paralizado entre
devastadoras manos.
Rostro sangrante,
de heridas mortales,
manos huesudas aferradas a lo incierto;
desaliento de un sueño perdido,
eres desierto de almas condenadas,
dormida sobre laureles con olor a
muerte,
nada queda de ti.
(Rodrigo Rodríguez Figueroa)
1984
Comentarios1
gracias pani por hermoso gesto con mi poema
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