Yo: de seguro no el más virtuoso
pero tampoco el más tonto de todos;
aunque a veces siento acercarme
a alguna de esas dos condiciones.
Veo que cada segundo muere:
muere para mí, muere para ti;
cada segundo muere y nace. Parte de todo.
Pronto ya no quedarán granos de arena.
Tú. En ti las horas parecen desvanecerse
sin dejar huella, sin recordar el final: la muerte.
Por ti he empezado a creer en lo eterno
aunque las esperas son muy largas
y los tiempos son tan cortos.
Mientras mirabas impávida lo absurdo
de ver crecer en la roca una semilla,
tan ávida de licores y buen abono,
la vida corría sin decir adiós a los dolores.
Yo, navegante perdido de no sé dónde
y buscando un no sé qué. En las aguas eternas
y turbias dentro de la roca y su magma fresco,
naciente desde hace siglos, perdido solamente.
Volaste cual gaviota y te seguí hasta una tierra;
tu tierra, tus ríos y tus aguas frescas
fuera de mi naufragio estaban hechas.
El manantial que de ti brota
es el tesoro terreno de aquel lejano paraíso.
Tú... O sabes romper rocas con tu mirada
o has tenido la suerte de quien quiere
con el alma el mundo para sí misma.
Adentro de ti el oro profundo brilla
como metal ardiente en la cueva más oscura.
Tan solo el miedo puede tentarte
a caminar a donde no vale la pena
y dejar que tu vida se venda a la calma.
Pero la fragancia que de mis manos emana
espera seducirte como el polen a la
artística abeja.
A este arte (yo) lo llamo poesía de la cual
(tú) eres el poema.
- Autor: Asherom (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de diciembre de 2015 a las 02:53
- Categoría: Amor
- Lecturas: 67
- Usuarios favoritos de este poema: *Artemisa*
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