Hoy el sol, se a paseado
aburrido, espiando a desgano
entre las nubes ralas.
Salió en un horizonte
lleno de brumosa luz
al medio día, como una brasa
calentó la vida
y se fue despacio, sin tiempo
entre fuegos naranjas.
Hoy el sol, como tantas veces me dejó solo, con un cielo
profundo de estrellas
y mi vida, queda aún tibia
en la noche fría
a la espera, desolada
del nuevo sol, del otro día
que saldrá, por donde supongo
sin sobresaltos, en silencio
por que yo lo espero
como tu mano generosa
pasando por mis mejillas
con la cadencia de soles
y tus ojos estrellados de amor
mirando los míos
y los míos, mirando tu boca
de manantial, en el horizonte
rojizo de vientos huracanados
amor, estoy muriendo
en tus manos de soles
en la boca, que me pronuncia
en tus ojos diamantinos
que me vieron, pasar
de un lado a otro de los límites
como ese sol, que calienta la vida.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de diciembre de 2015 a las 09:13
- Categoría: Amor
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Raquelinamor
Comentarios2
Casi una súplica de amor, que estremece el abandono en que se encuentra el protagonista. Hablando del amor se puede ser hielo para enfriar el alma sedienta. Siempre logras conmoverme con tus letras.
Buenas tardes noches Esteban. Dulces sueños.
Querida amiga, tu corazón se conmueve con naturalidad y eso dice de tu persona. El enamorado es por naturaleza inseguro de una situación inestable, plagada de destinos inalcanzables. Es común que transite infiernos propios, mas allá de su pareja.
El tiempo y la sabiduría, hacen lugar a la felicidad en la comprensión que el ser amado, es una imagen espejada, que por momentos abandona la simetría, siendo un poco otro, no por eso menos amable.
Gracias por conmoverte.
Esteban
El amor hace versos el corazón del hombre desolado cuando no tiene la mujer amada a su lado, pero hermoso el contexto, casi perfecto el dolor nos recuerda que tan humanos somos y resultamos siendo parte de las metáforas que creamos. Felicitaciones, me encantó,
La ausencia, es la más vívida presencia en el corazón enamorado.
Un abrazo
Esteban
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