Vergüenza a diario

Vergüenza a diario

La vida da vergüenza, la noche

me da la sensación de una esperanza,

de poder revivir lo no alcanzado,

de en todas partes ver alguna estrella en las tinieblas.

Pero me asalta el día y su osamenta,

sus huesos ya podridos en la calle,

su nada más que atar el nudo a la corbata

y seguir oscilando en plena horca cotidiana.

Así que ya lo ves, los cuerpos bailan,

movidos por el viento de la ruina,

algunos se reúnen en los bares

o en el motel barato de aquí al lado.

En todo caso, duele que comprendas

que todo está perdido, o casi todo,

que, entonces, nos miremos a los ojos,

sin nada que decir, como el que escucha la lluvia.

Acaso algún paraguas nos proteja,

acaso el chaparrón lo barra todo,

lo cierto que al final de esta tormenta

capaz que ya ni estemos y que ni entonces llores,

tal cual no lloro aquí, ya avergonzado

de atisbar sin más temor tanta derrota.

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03 12 15