(PASAJE DE LA NOVELA, AMORES DE REYES, EN PROCESO)

Raquelinamor

La Reina Cupida III encontrábase sola en su aposento, bajo el influjo de Afrodita, poseída de sus deseos carnales, disertaba en sus ocultos pensamientos hacia el monarca, quien prefería el amor y la compañía de sus otras dos esposas y la de sus concubinas, al de ella quien era su primera reina en jerarquía, una mujer sensual, amorosa, la mayor de todas, callada y ahora no tan hermosa, quien había dado a luz tres hijos a su rey, pero él ya no la soportaba, apenas la toleraba y a sus insinuaciones, ella sabía que el no la amaba, ni deseaba su cuerpo, y por ello la soberana sufría en silencio constantes tormentos, sintiéndose víctima y culpable a la vez, por no poseer la gracia y belleza que deseaba su rey y por no saber complacerlo en sus deseos y caprichos, todo la perturbada. Así que entre las paredes de su soledad, ella se debatía en sus pensares y poco a poco, lentamente moría de tristeza...


Ella en ese su inmenso amor querÍa decirle tantas cosas...


-Yo sé que os agobio en mis pesares, y quisiera que vos me escuchaseis Amado Rey, ¡entiendo! que vuestro tiempo es oro, y es vuestra compañia tan valiosa como las piedras preciosas, pero para vuestra solitaria reina sería el más valioso de todos lo tesoros de palacio y del reino de Persia. Se sin dudarlo, que asuntos más importantes os demandan vuestra atención y pretendo que vos desperdiciéis el tiempo, atendiendo mis inquietudes y torpes cuitas, en vez de aprender a ir satisfaciéndoos en vuestros deseos. Pero tal es la necesidad de alimentar los demonios que me habitan, en este deseo irrefrenable de sentir vuestras caricias y de ser poseída por vuestro cuerpo, de querer tocar vuestra fuerte y hermosa musculatura, embriagarme en el aroma de esa piel sudorosa y ardiente, calentar me a su fragor, que me atrevo a molestaros demandando vuestra real atención.


¡Oh! Amada Reina os digo; No hay misterios para este amor, los fantasmas no desandan  en nuestro mundo lleno de un horizonte que se ofrece como un ramillete de besos, creo que os quise desde siempre, en la cordillera vi vuestros ojos, vuestro cuerpo es el mar infinito con dulce boca de coral, amanecistéis en cada silencio hasta hacerme feliz aun sin conoceros, con vos encontré el paraíso, y es vuestro corazón amante mi mundo de estrellas, el sueño que no muere y la alegría de adoraros para siempre. Empero mi reino es grande y poderoso, y lleno esta de celestiales mujeres, y es mi deber de soberano disfrutarlo, a si como de muchas mujeres, también tener muchos hijos y herederos gigantes para la corona, entonces, debo dividir mi tiempo entre deberes y placeres. A vos os toca esperar vuestro turno, no debeís impacientar os.


¡Oh mi rey amado! como quisiera poder hablaros en el amanecer, y ver juntos el despertar del Dios Sol bañandonos de sus caricias, tanto que no me importaría llegase la muerte y me atrapase en esos gloriosos momentos, en lugar de vivir pesarosa en la quietud de mis noches frías ausente de vuestras delicias, apenas sintiendo a lo lejos el gemir de otras mujeres cautivas en vuestros infieles brazos. Y aunque sé que el escuchar lamentos, solo es potestad reservada a los Dioses del Olimpo, que quiero la inefable dicha de escuchar de vuestra boca palabras cálidas al compás de apasionados besos, diciendo que me amaís y que os sentís dichoso de vuestra esposa, y creer ser la mejor y mas maravillosa de las reinas, el saber que conocéis el clamor de mis labios pidiéndoos a gritos en el mar de mi silencio, que os amo, solo es posible en mis sueños, en los largos viajes hacia mi propio universo desconocido y de fantasías y de soledades lleno, y soís ciega tormenta de los mares, y relámpagos de mis tristes mezquindades.

 
Apenas siendo simple mortal en penitencia, cuando me encuentro divagando al regreso de la eternidad, queriendo saber vuestros ocultos pensamientos humanos, conocerlos todos, lo mas profundos e irreales que mortifiquen mi existencia y acobarden mi carne, y sean desgarre a mi alma prisionera de los recuerdos, esos recuerdos golosos cuando en mi juventud de Diosa vos me amastéis y me veíais hermosa, y degustéis el elixir de las mieles cuando acariciabais mi piel. resbalando vuestras manos ociosas, e ibais perdiéndoos hasta las profundas humedades de mis entrañas, quemando vuestras apetencias carnales y enloqueciendo de placeres vuestra reina.


¡Ah! como desearía poder contaros las ansias de mi ser, temores y sinsabores que siente el alma mía, ¡Oh mi amado Rey! pocas fueron las veces cuando conversábamos tan intensamente, de como mutuamente nos deseábamos , y se que vos me amasteis mi rey, y se que aunque lejos aun debáis quererme, allá en los recónditos callejones de tu alma perversa, donde ya no soy causa de vuestros deseos de hombre sagrado, pecador, lascivo y poderoso salvaje campeador de vuestras victorias humanas y sabio rey gobernador de un reino de impiedades, a quien acuden miles de desventurados hijos de este mundo perdido.


Y eso... eso Rey amado, eso me mata, vivo en consternación, en pena, en agonía perenne, que preferiría morir dulcemente en vuestros brazos lacerantes, pero la verdad fue pronunciada por vuestra gloriosa boca que no miente, que vos ya no me amáis como antes, como siempre, y me pregunto; ¿Porque debo conformarme? Si mi vida os pertenece y en mi presente os sigo amando intensamente, y en el pasado os amé con devoción infinita, extrema y fuí poseída de la locura de mis ansias, y este mi amor prometido os seguiría siendo fiel eternamente y seguirá vivo a través del universo. Vos sois mi amado rey, admiro vuestra inigualable grandeza, siempre a campo abierto en la batalla, donde yo apenas sería parte del río de sangre pasando inexorable delante de vuestros predios, yendo hacia horizontes lejanos, dejando huellas que secará el sol y borraran los vientos.


Sé que algún día vos no seréis mi amado de Rey, dueño absoluto de mis días, y nunca mas estaré cerca para darte mis lamentos, tampoco gozaras de mi luz, ni de mis alegrías, tal vez seré la esposa de la muerte y en las fauces del averno viva este espíritu de mujer demente y apasionada, y conseguiré al fin que puedan quemarse uno a uno todos mis recuerdos y ser libre de las cadenas que me unen a vuestra esencia.



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  • Autor: Raquelinamor (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 5 de diciembre de 2015 a las 09:01
  • Comentario del autor sobre el poema: Es un pasaje de una novela de amor que escribo actualmente, ambientada en un reinado imaginario, donde las emociones son las principales protagonistas entre los personajes.
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 12
  • Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén
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Comentarios3

  • Raquelinamor

    Os agradezco cualquier errorcito me lo hagáis saber.

  • kavanarudén

    El ansia por ser amada. El querer profundo de poseer ese cuerpo musculoso que fue suyo, solo suyo una vez.
    Agonía lenta verlo, hablarle y saber que ha no es suyo como lo fue.
    Pude sentir la fuerza de él, pero también el dolor de la amada reina.
    Un hermoso escrito, inspirador, revelador, hermoso.
    Agradable y con una dulce escritura.
    Imagino toda la obra, definitivamente excepcional.
    Gracias por hacerme soñar, ir a ese reino lejano, imaginario en donde los sentimientos son los principales protagonistas.
    Recibe de mi parte un fuerte abrazo amiga y paisana querida, poetisa admirada.
    Se te quiere, admira y respeta.
    Kavi

  • Raquelinamor

    Gracias tus bellas palabras me llenan de dicha, entonces, me haces sentir que voy por buen camino. Un abrazo.



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