La tarde se va temprano
Y se va rompiendo todo,
Las cosas que te decía
Y las que nunca te escondo.
La tarde se va muy sola
Y se va cantando un tango
Una canción de Piazola
En el baile del domingo
Que marca sólo las horas
Que me olvidaba jugando
Escuchando la victrola.
La tarde y esta mañana
Y una noche de varones
Se van dejando una aureola
De saludos en la sombra
Que va diciéndome todo
Lo que podría añorarte
Cuando no estoy tan tristona.
Y desde el suelo lejano
De potreros y milongas
Me voy queriendo silbarte
Una canción de poltrona,
De gallinas y pollitos,
De ranas y primaveras,
De veranos con mosquitos
Y otoños en la vereda.
La tarde se vuelve hastío
Y me recuerda a mi madre,
Mis abuelos y mis tíos,
Mis amigos y mi hermano,
Mil cosas con cien motivos
Y los ojos querendones
Que encuentro si me pellizco
Cuando miro los mojones
De viajes que nunca llegan
Y versos que uno se olvida.
La tarde se vuelve noche
Y me voy por los caminos
De las locuras del tiempo
Que pasan por la cornisa
De la casa que se asume
Llena de llantos y risas
Mientras el resfrío me hace
Cosquillas en la nariz,
En el pecho y en las piernas
Para acordarme atrevida
De algunas palabras tiernas.
- Autor: Lucy (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de diciembre de 2015 a las 22:11
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: Myriam Estrella B
Comentarios1
Bella descripción de un aterdecer que se aleja lentamente con el instante vivido y marcado para dar paso a otro momento. Es un placer leerte y regocijarme con tus versos añorados. Saludos cordiales a la distancia.
Muy amable, enciantada que alguien se emocione con mis versos, los que siempre considero humildes y espontáneos.
Un abrazo de Lucy
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