Quisiera ser la ola Que te abata,
Que tú fuerza desbarate, Y ser,
Por una vez, el triunfador,
En el duelo de mentiras Que sobre mí arrojas.
Te odio Y en su aura Que me arropa,
Te combato, Porque sé que es una palabra Revestida de engaño,
Aunque de tentadora Dulzura rebozada,
Es capaz de hacerme olvidar Ofensas y agravios.
Y mi rencor se semeja, Tanto, tanto,
Al amor que se da Y que no se aprecia,
A ese amor que sufre Porque se le desprecia Y con el que de continuo Se juega.
Y te quiero dejar Porque eres como la cicuta,
Que lentamente asesina El latido De la sangre de mis venas,
Que sólo por ti se altera,
Transmutándome en reloj Que cuenta las horas A la espera del nuevo dolor
Que me llene de pena. Pero hay veces,
Que en antídoto Te conviertes,
Porqué me pides
Que moderado sea;
Que no demuestre
Lo que en mi interior
Se estremece;
La indignación que me llena
Haciendo que mi sangre arda
Como lava del Misti.
Porqué quieres que esconda
La sensación que me causa
Su presencia despreciable,
Su comportamiento de alimaña
Que clama a los mismos cielos.
De mis labios
no obtendrá perdón,
Pues ni en mis mejores momentos
La santidad me rozó.
Soy imperfecto
Y lo demuestro
Odiándote con pasión;
Es el único recurso
Que a mano tengo;
Es la única espita
Para aliviar
Tanta amargura junta
Conjugada con dolor.
No soporto oír tu nombre
Y tu imagen me envenena.
No me pidas clemencia,
Que mi puerta se cerró.
No creas que el tiempo
Cauterizará está herida,
Que indiferencia me causará
Recordar toda tu traición…
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Autor:
José de Amercal (Seudónimo) ( Offline)
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Publicado:
5 de diciembre de 2015 a las 22:16
- Categoría: Amor
- Lecturas:
50
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