Entiendo la necesidad de amar y ser amada
la misma que necesito para respirar, sin mirarte a la cara,
y un beso no es nada
y para mi supone estar soñando una semana
ser la dueña de la tierra, sin tener casa
y tú, te vas y yo me quedo con tu mirada
y atada a tu sonrisa,
con mi cuerpo abierto y desnudo hasta que tu decidas
a qué hora nos vamos a la cama.
Pretendo ser la dueña de mi alma
cuando mi pacto clandestino fue de madrugada,
y Cenicienta, se quedó sin zapatos, ni carroza para volver a casa.
Pretendo tener mi corazón a salvo de amenazas,
pero la debilidad de tu voz pausada, devora mis entrañas
y me vuelvo fiera, para devorar tu alma.
Y yo me quedo, esperando que el calendario se ponga a cero,
quiero contar cada segundo que te quiero,
cada minuto que te beso,
cada hora que tenemos sexo,
cada año bisiesto, y encima siempre en febrero.
Sabes que Febrero, no me gusta, en el muero
y tú alargas la conservación durante el invierno,
esperando que llegue febrero
y encontrarme con mis defensas, bajo el hielo
y salir del letargo de los besos muertos.
Febrero, es tan corto, que aún, tengo tiempo para decirte que te quiero.
- Autor: Araceli Vellber ( Offline)
- Publicado: 11 de diciembre de 2015 a las 05:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 54
- Usuarios favoritos de este poema: kavanarudén, nelida moni
Comentarios1
Hermoso poema, estimada poetisa. Me gusta esta figura
"Pretendo ser la dueña de mi alma
cuando mi pacto clandestino fue de madrugada,
y Cenicienta, se quedó sin zapatos, ni carroza para volver a casa”
Un abrazo.
gracias
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