A la noche la falta un sonido, un aroma.
Le falta la soltura del cuerpo ebrio,
de la mano complacida por el sexo.
Le sobra sobriedad, carece de misterio.
La noche hasta parece día,
con sus gentes bien muertas,
con sus pasiones escuetas,
contiene aburrida simetría.
La noche parece hembra dormida,
sin raza ni piel ni deseo,
con somera miel y hielo,
Violín arrancado de su cuerda.
Azul de crepúsculo abusivo,
quita su lecho a la noche;
se va dolida por el mundo,
lastimada a propio reproche.
Arrastra su ser defectivo:
De etéreo ser nocturno
a lastimero adorno de broche.
Se fue sin recuperar lo perdido
dejando mi antojo insatisfecho;
Me recuesto convencido:
"lo que falta lo hace en mi pecho".
Es el hastío quien ha oscurecido
los brillantes destellos del cielo.
- Autor: Héctor Adolfo Campa (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de diciembre de 2015 a las 03:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 67
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.