Silencio...
Mi corazón en equilibrio de unas bragas
que aún se sostienen por tus ojos,
en el temblor de mis rodillas.
Te dije amor mío: No hace falta remordimientos solo re-mordeduras cuando tu dedo medio simula entrar en mi cuerpo. No hay mejor polvo que el que surge después de decir amor, amor mío, amor mojado, amor rígido en mi bragueta. Amor, un rito de sexo o el sexo ritualizado por el amor. Como lo veas, como lo quieras, si por arriba, por abajo, o de costado. Eclipse, selva negra o como una ninfa de labios vírgenes y henchidos al tacto de su primera caricia. Como lo quieras amor...Yo puedo ser la crema batida, el venus abierto para que lo veas desde atrás sin ataduras. Con tus manos dando y dándose. Con mis manos, dándome y dándonos todo el delirio, la locura, la asfixia inmediata, el gélido grito que sobreviene en la garganta, que no es otra cosa, sino una, sino solo el mero incidente, el instante divino, la dádiva mutua del amor.
- Autor: Sara (Bar literario) ( Offline)
- Publicado: 15 de diciembre de 2015 a las 01:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 137
- Usuarios favoritos de este poema: Jareth Cruz, Humberto Barba, Maria Auxiliadora, Alextheblack, shoss
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