Un hombre llora debajo de mi piel,
sueña que alguien alquila su boca para dormir un sueño,
y yo soy ese hombre.
Un hombre salta sobre su sangre desatándose un antiguo lazo
que lo abarca, y yo soy ese hombre.
Me interpreto a mí mismo cuando quemo algo de mi cuerpo,
o creo en el continuo reconteo de estrellas,
enigma de algún pobre
cuyos andrajos son vestidos sublevados,
pétalos de una gran renunciación.
Caen desde gran altura los nidos de las piedras,
anunciando un ayer y otra mañana.
Es el momento de partir buscando la orilla palpable de la carne.
Huyo hacia el abrazo que jamás pudimos dar.
Imposible que mi rumbo quede quieto.
Lo ahogado es un secreto deslizándose.
G.C.
Direc.Nac.del Derecho de autor
- Autor: GuillermoO (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de diciembre de 2015 a las 14:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: Alexandra L, nelida moni, shoss
Comentarios2
Hermoso poema, maravilloso ese lenguaje tan sencillo y grafico para transmiitir inspiración.
Te agradezco tus conceptos, amigo Poeta,
y te envio un
abrazo.
tus versos son maravillosos, "imposible que mi rumbo quede quieto" su manifestaciòn, el ritmo de los versos, todo el poema, es grande!
un abrazo
Oh, Pausa; muchas gracias por tus buenas palabras... las recojo y las guardo en mi corazón.
abrazo
Guillermo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.