Su mascara ya no me estremece,
ya de pavor no se paralizan mis venas;
aprendí a su modo, a cultivar mi mente,
enfriar mi sangre, cerrar ante el cada poro.
Aquel hombre de piel nevada,
corona a su paso glaciales,
la lluvia juega en su mirada
escarchando con sus pinceles
la rapidez de su pasada,
quiere vestir labios con sangre,
es muerte para su amada,
la espera envuelto de sombras.
- Autor: Raquense ( Offline)
- Publicado: 22 de diciembre de 2015 a las 18:14
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 74
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