Hoy quiero cantar al amor que pudo ser
que nunca tuve, pero pudo ser
un amor tibio de tardes y de café
tal vez pudo ser un amor
que me hubiera acariciado
la espalda del desamor, la piel del desaliento
un amor para cortar camelias o lirios:
el amor de aquella muchacha de Panamá
blanca y con hermosas pecas
a quien regalé los cien sonetos de amor de Neruda
y charlábamos sobre álgebra y ecuaciones
o la de cabello castaño y hermosos ojos
de piel de frutas y trópico
o la que dijo que me quería
después de haber partido al país del olvido
y yo cantaba “si lo hubieras hecho antes de partir”
O aquella que se parecía a Olivia Newton John
a quien la pobreza la prostituyó
demasiado tarde me enteré
fue una mañana de aglomeración y tristeza
jamás pude ser el mismo
tal vez la que me enseñó los sonidos del silencio
con sus gigantescos ojos
y a la que tantas veces desilusioné.
En estos años grises, cuando empiezo a estar más solo
cada día más estéril y viejo
los recuerdos acuden a sembrar nostalgias
y vuelvo a los lugares donde jamás regresé
sino por un poema para cada una de ellas
y casi nadie de ellas lo sabe.
Creo que necesito volver al mar
para arrojar tantos recuerdos de sal
cortar, de una buena vez, los hilos que me atan
al amargo tiempo
y a las desoladas islas del recuerdo.
- Autor: lapiedraviene (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de diciembre de 2015 a las 21:54
- Categoría: Amor
- Lecturas: 73
- Usuarios favoritos de este poema: Hugo Emilio Ocanto
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