En tanto exista la mujer sobre esta tierra
cuando la edad hace su ronda lisonjera
y en esta vida que ya pasa tan ligera
soledad triste, ese divino ser destierra.
Porque el cúmulo de los pesarosos años
se olvidan al compartirlos con la mujer
a quien se quiere, siempre a su lado tener
y olvidarse de la vejez, y de sus daños.
Su exquisito elixir fue origen del embrujo
desde el Edén, tal que al primer Adán sedujo
inocencia que estimuló a ellos, el querer.
El amor, que sublime encuentro le condujo
a un universo de pasiones, bien produjo
que en la vida y goce, hoy exista la mujer.
Lebusla
Derechos Reservados
- Autor: Lebusla (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de diciembre de 2015 a las 20:17
- Categoría: Amor
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: Jareth Cruz, Cristian Jovani
Comentarios2
Buen soneto en versos tridecasílabos. Saludos poeta. ¡Viva la mujer!
Ella debe vivir por siempre estimado Jareth, gracias por tus acuciosos comentarios.
Un abrazo.
Ella debe vivir por siempre estimado Jareth, gracias por tus acuciosos comentarios.
Un abrazo.
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