Miles de alas rotas,
digeridas por el terciopelo gutural,
voltearon su plumaje de oro y cenizas
hasta que consiguieron transformarse
en un desplante celestial.
Cual sarcófago
de corazones insurrectos
me vi debilitado por el viento
y enseguida supe que la caída
seria ineludible.
Dioses de mármol
retumban dentro de los cerebros opacos,
al lado de los hombres –aparentemente-
respetables.
El calor de la injusticia
siempre logra fragmentar el hielo,
y es por ello que jamás olvidaré
cuando en mi cielo llegó la calima
con su ejército de egos.
Y ahora (sobre)vivo en un desierto
donde sólo echo de menos la virtud
de poder fallecer sin luces rojas
ni engaños generacionales.
- Autor: Alexander Vórtice (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de diciembre de 2015 a las 01:46
- Comentario del autor sobre el poema: Feliz año 2016 a todos los miembros de Poemas del Alma. ¡Salud y Paz!
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 75
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