Llegó temprano la noche
del comienzo del otoño;
en la ventana la lluvia
traza húmedos esbozos,
y el viento gime en el patio
con un lánguido sollozo.
En el hogar encendido
se vuelven brasa los troncos,
y frente a él, en el suelo
nos miramos a los ojos…
Con el pelo negro suelto
cayendo sobre tus hombros,
y la luz de tu sonrisa
iluminándolo todo…
Con los labios entreabiertos
ofreciendo los tesoros
que guardan todos los besos
que me darás ya muy pronto…
Te miro y estoy temblando,
Te miro y me vuelvo loco,
tu piel dorada de estíos
se me acerca poco a poco;
y en el cáliz de tu aliento
al sumergirme me ahogo…
Te miro y al contemplarte
se me humedecen los ojos,
porque al verme en tus pupilas
me estremezco y me emociono;
y al aspirar tu perfume
todos mis sueños corono…
Que nos importa que afuera
haya empezado el otoño,
si en nuestra piel las caricias
florecen como retoños,
de primaveras eternas
que son solo de nosotros…
Si al descubrir el misterio
del universo en tus ojos,
se me llena toda el alma
de fantasía y de gozo…
- Autor: julio0302 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de marzo de 2010 a las 21:54
- Categoría: Amor
- Lecturas: 455
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