Yo siembro aquí mis versos cual labriego
en surcos va extendiendo las semillas,
gozando al ver lucir las florecillas
-haciendo acopio de agua para el riego-,
que pintan sus colores sobre arcillas.
Cual campesino que humilde e iletrado
intenta con primor urdir su oficio,
rogando no le envié al precipicio
pues que nadie está libre de pecado
y evitando el sujeto pierda el juicio.
Valorando el esfuerzo que ha costado
habiendo de cuidar el desperdicio,
sabiendo calcular el beneficio
de aquello que recoge, que ha sembrado,
y evitando al finado algún suplicio.
De brozas, de pedruscos, de hierbajos,
que al tiempo deberá él ir escardando,
entre dudas del tiempo navegando
y sueños en constantes altibajos
sembrando y recovecos resembrando.
Del terreno baldío o aun barbecho
deberá conseguir que den sus frutos
que no sean escuálidos, enjutos,
mostrando que el trabajo fue bien hecho
y nunca por desidia disolutos.
©donaciano bueno
http://www.donacianobueno.com/
- Autor: donbuendon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de abril de 2016 a las 03:19
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Lebusla
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