Amarillo, dulce amarillo,
soneto de color y luz eterna.
Tus bailarinas danzan al son de la luz,
tus melodías se impregnan
para calmar mi alma.
Rojo y Amarillo candentes
que calientan mis montañas,
tocan mis ventanas y esperan
que corran mis cortinas
para que la danza de calor y luz
se perpetúe en mis sentidos.
Regalas el color azul
al inmenso cielo
que con su magnificencia
cubre mi hogar
de vida, alegría y dulzura.
Claridad, quiero claridad,
tu claridad es mi claridad
eterna en mi espíritu.
Luz que conviertes a claridad
mi oscuridad, toma mi alma tétrica
y transfórmala en resplandor.
Danzo con la melodía
de las flores que florecen
al soneto de tu calor,
me evaporo con las aguas
y cumplo con su ciclo,
caigo desde el cielo
paralelamente a tus rayos.
Beso el suelo con el ímpetu
de conseguir mi sosiego
con tu cálido abrazar
y no quedarme en las penumbras
de mi esencia.
Amarillo gigante
que calienta mi vida,
te quiero así de ambarino
por la eternidad embelesándonos
en cada amanecer.
- Autor: nara (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de enero de 2016 a las 00:26
- Comentario del autor sobre el poema: Es mi poema importante pues es el primero que escribí cuando tenía 13 años.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
La genialidad de tus hermosos versos borda las estrofas de tu poema amigo Nara
Un placer leerte...
Saludos de amistad...
El Hombre de la Rosa
Muchas gracias amigo por tu lectura y tu comentario. 🙂
Es un placer que te diga eso de mi poema, muy agradecido.
Saludos 🙂
Nara
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