¿Dónde están mis manos?
¿Dónde estoy yo?
¿ En donde está el consuelo?
¿En dónde uno aprende a decir
basta, en donde aprende uno
a lastimarse la sangre contaminada
y después de tanto
de todo
de hasta siempre,
se tuerce el laberinto
en un camino lineal
En dónde la pregunta,
se hizo un viacrucis.
En dónde sepulté mi camino
para llevar esta cruz
y ser otra mas, otra
errante con una fe de erratas
con esta fe de creer
que después de estos eternos
puntos suspensivos
aún continúa la historia.
Sangro mi silencio
y nadie dice nada,
todos hablan del sol negro,
de la tonada última
del río misterioso que se sale
de allá, de esa casa vieja
y su dedo a mí
como una pistola
y yo caigo a sus pies
siempre,
siempre,
como casa en ruinas
como pequeña virgen suicida
como si fuera una bendecida
como si el lenguaje me sepultara
y me diera también
la purificación
la tregua
....
por qué no me encuentro
en dónde estoy
en donde mi boca
en donde mi brazo
en donde mi nombre
en donde uno puede señalarse
y descubrir que era solo uno
una sola respuesta:
el arte de creer hasta sepultarse
la única verdad,
la única mentira
por la que vale la pena
( ya lo dijo alejandra)
vivir
- Autor: Sara (Bar literario) ( Offline)
- Publicado: 5 de enero de 2016 a las 02:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 131
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Ivan martinez, shoss, lunaplateada, Lualpri
Comentarios3
Vivir sigue siendo un espacio de valentía.
Muy bueno lo que escribiste Sara.
Fraterno saludo!.
Maravillosos tus versos.
Como siempre me encantan tus versos incognitos, tus versos misteriosos, esos que me enredan el pensamiento, pero que de alguna manera logro sentir sin entender, eres genial.
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