Ausentes latidos
de un pecho que no está
por lejos, por incierto
por correr tras el viento.
Mi amada, es solo eso
un punto en el firmamento
solo en noches sin luna
puedo ver su fulgor.
Ese es mi amor
tan solo una luz
que algún día llegará
y en mis ojos, se pondrá a vivir.
Ellos brillarán soberanos
y mi boca dirá maravillas
que vestirán tu hermosura
de pétalos y alas, que te lleven.
A un cielo único
donde solo yo
pueda verte
y mis manos, ceñirte.
De ese ideal
han de salir, fulgores
en anocheceres de estío
y suaves brisas marinas.
Estarás a mi lado
vestida de espumas
y nuestras miradas
se unirán, sin palabras vanas.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de enero de 2016 a las 12:13
- Categoría: Amor
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Una preciosa poesía ha sido escrita por tu formidable pluma, amigo Esteban porque escribes con la esencia y el embrujo del amor..
Un placer haber leído tus geniales letras...
Un abrazo de amistad...
El Hombre de la Rosa
Estimado amigo, nunca serán demasiados los agradecimientos por tus generosas palabras, que guardo con orgulloso respeto.
Espero que este que se inicia, sea un venturoso año colmado de bondades para vos y tu seres queridos.
Replico este saludo desde este sur.
Esteban
El gran enigma de un hombre es el amor, que tus letras reflejan con intensidad maravillosa.
Que tengas una tarde agradable, saludos.
Tenés razón, el amor es un enigma, que el hombre solo puede "dejarse" vivir.
Quién trate hacerlo "crecer" en una maceta, si es hábil logrará un bonsai, pero quién transite el amor, como una hoja en el río, verá un frondoso árbol de sabrosos frutos.
Bueno, el personaje enamorado, ha dejado sin pié el mensaje y está absorto mirando el jardín.
Solo me restan los saludos de práctica.
Esteban
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