Quisiera escribirte hoy, sobre las maravillas de la vida
como ese amanecer lento del verano
donde las estrellas desaparecen
entre murmullos de pájaros.
O la fuerza brutal, del temporal
ignorante del péndulo
que va y viene, del viejo reloj...
ya han dado las diez.
Te conté alguna vez, cuando niño
con qué ansias remontaba barriletes
dueño del viento
y del cielo, atado al piolín.
Hoy, han pasado los años
y el péndulo aún sigue su camino
pero yo cansado de ir y venir
quiero detener ese tiempo.
Ya han dado, justo las diez
y las campanadas
redoblan la angustiosa
lluvia sobre la ventana.
Aparto esa imagen
acordándome de vos
y las maravillas de la vida
que hoy te contaré.
Como aquel día
en que nos encontramos
el brillo de tus ojos
y mi corazón huyendo en torbellino.
Que maravilla, puedo contar
si no la puedo escribir
con estas letras, tan formales
ni la música puede alcanzar.
Deberé inventar, algo
algo que eche a volar
un grito feroz
un ademán, sin igual.
Una maravilla, que asombre
tus ojos brillantes de amor
y no tengas mas que soltar
mi nombre apretado, en los labios.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de enero de 2016 a las 11:00
- Categoría: Amor
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: anbel
Comentarios1
Y han dado las diez y las once, dice la canción. Mas tu poema es mucho comparado con ella, en tus letras hay emoción, pasión y una necesidad de llegar. Hermoso, me pareció extraordinario. ¡Felicitaciones!
Un afectuoso saludo sabatino.
Querida amiga, tus palabras me han emocionado, no por endulzar mis méritos, sino por la generosidad con que las dices.
Siempre expresé, que no soy un actor voluntario de mis dichos, mas bien soy un testigo de mis personajes
De todas maneras, me dejas sin palabras, mientras mantengo controlados a los personajes que me acompañan.
Gracias
Esteban
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